El túnel se relaciona directamente con el mundo emocional del protagonista. Los lugares que nombra -no los describe- reflejan su interioridad. Camina por ellos como por un túnel sin salida.
El escenario es Buenos Aires, con su tristeza y su movimiento incesante: la plaza San Martín, las calles; Corrientes, Posadas, San Martín, Viamonte, la Recoleta, la plaza Francia, la Avenida Centenario, la estación Constitución, Puerto Nuevo. Luego, la estancia, la librería Viau, la casa de María, el taller de Castel, el café Marzotto, los cafetines del Bajo, el Correo Central, la casa de Lartigue.
Cada lugar adquiere las dimensiones de un símbolo, de acuerdo con el desarrollo del argumento.
El túnel (1948), del argentino Ernesto Sàbato. Es una de las grandes novelas sudamericanas de este siglo.El relato, montado con los recursos de la novela policial, desarrolla un personaje que revela su psicología introspectiva e impone al lector un análisis de la desesperanza. El protagonista, Juan Pablo Castel, persigue inútilmente lo inalcanzable, que no es sino el regreso ala infancia, simbolizada en la ventana de un cuadro, motivo reiterado largamente en la narración.